Características de una persona psicológicamente sana (Rogers)

¿Cómo es una persona sana a nivel psicológico? Según la orientación teórica podremos encontrar diversos criterios para definir cómo es una persona equilibrada y saludable a nivel mental. Carl Rogers, padre de la psicología humanista, clasificó cinco características que lo definen con claridad y sobre las que existe bastante consenso. 

Rogers confiaba en la capacidad innata de todos los seres humanos para evolucionar y crecer como personas por sí mismos. Estaba convencido de que todos tendemos de manera natural  a la autorrealización y la evolución a todos los niveles. Esta tendencia solo se vería paralizada si la persona ha tenido que vivir en un ambiente que le es hostil o traumático, que le coartó, que le hizo sentirse mal consigo mismo y con lo que era, o bien culpable o con baja autoestima. Esto hará que tenga que desarrollar "de urgencia" mecanismos de defensa para protegerse... y entonces es posible que se detenga o se ralentice su crecimiento personal, y que con el tiempo se quede bloqueada en sus propios mecanismos de defensa, impidiendo que el proceso natural de crecimiento interior fluya con normalidad. Rogers concluye que estas personas sanarán cuando sean capaces de: conocer y aceptar sus propias experiencias internas (emociones, recuerdos, autoimagen...), restaurar la confianza total en esta experiencia interior propia, y movilizar de nuevo el flujo de la tendencia autosanadora natural.

Rogers encontró estas características comunes en las personas psicológicamente sanas, a las que él llama "personas totalmente funcionales":

*Abierta a la experiencia: que es la característica opuesta a estar a la defensiva. Tiene una percepción correcta de sus experiencias personales, sin verlas distorsionadas: si está enfadada, está enfadada y lo acepta, si es feliz, lo siente y lo acepta, si tiene un recuerdo doloroso, lo acepta como parte de su vida interior... Es básicamente saber escucharse a sí misma y a los demás y vivir lo que ocurre sin sentirse amenazada ni por sus experiencias internas ni por las de otras personas. Son personas conscientes de sus emociones, pensamientos, ideas, opiniones... y las aceptan sin huir, evadirse ni luchar violentamente contra ellas. Tampoco se sienten en general amenazadas ni reaccionan con emociones negativas a la expresión del mundo interior de otra persona, ya que son capaces de aceptarlo sin reaccionar de manera hostil o exagerada, aunque sea muy diferente del suyo propio. Esto no quiere decir que comparta o esté de acuerdo con todos, si no que acepta que en el mundo hay muchos puntos de vista, pero que ella no tiene que luchar contra ellos ni negar que existen.

*El vivir existencial: es vivir el aquí y ahora. Es aquella cualidad que ya las filosofías tradicionales de Oriente consideraban lo más saludable: vivir el presente. Esta idea es hoy en día retomada por técnicas como el Mindfulness, y por autores como Ekhart Tolle en sus libros como el reconocido "El poder del ahora". Esta persona, por lo tanto, es capaz la mayoría del tiempo de estar en contacto con la realidad actual: por lo tanto, el pasado ya se fue (y si es traumático o hay algo que solucionar en él, lo hará en el presente de la manera que considere adecuada), y el futuro aún no llegó... Así, el presente es lo único real que la persona tiene y sobre lo que puede actuar de verdad. Esta característica tiene que ver con que la persona confía en su propia experiencia interna en lugar de temerla, y se dejar guiar por esa fuerza interna en forma de emociones, lo que le hace ir moldeando su propia personalidad. Si ahora está triste, por ejemplo, lo acepta y se guía en ese momento por su tristeza, en lugar de tratar de encajar en algún molde externo o tratar de ponerse contenta de manera brusca y sin sentirlo realmente. Si se enfada con alguien, puede reconocerlo en el mismo momento en que ocurre, expresarlo de manera correcta a quien necesite expresarlo, y de esta manera transformar o disolver una emoción negativa en el mismo momento en que se presenta.

*Confianza orgánica: esta persona sabe permitirse ser guiada por el proceso de valoración orgánica, es decir, por sus sensaciones propias. La persona confía en lo que sus sentimientos, emociones, ideas... le dicten, y sus sentimientos y pensamientos le guían de forma natural. Este rasgo se manifiesta muy claramente en la toma de decisiones: las personas sanas toman decisiones por sí mismas, y aceptan errores y éxitos propios. Pueden pedir opiniones ajenas y las escucharán, pero la decisión final depende de ellas mismas, porque consideran sus ideas y emociones como la fuente más fiable a la hora de decidir. Lo contrario ocurre a las personas que temen las consecuencias de sus actos, que se paralizan en la inacción crónica o se bloquean en el miedo a fallar, necesitando consultar constantemente fuera de sí mismos qué hacer, pensar o decidir.

*Sensación interna de libertad: se trata de la percepción que tiene la persona de ser libre, más allá de las circunstancias externas de la sociedad, la familia, el trabajo... Tienen un sentido de responsabilidad que les permite ser coherentes y tomar sus propias decisiones, aceptando las consecuencias y asumiéndolas. La verdadera libertad la sienten como algo interno. No se sienten por lo tanto presas del destino, de la vida, de las circunstancias... o de algo externo e inevitable, si no que se saben creadores de su propia vida y destino, por lo que tienen una sensación vital de ser libres y activas.

*Creatividad: como la persona se siente libre a la vez que responsable y creadora de su vida, actúa y participa confiadamente de lo que el mundo le ofrece. Se adapta a sus circunstancias, sean las que sean, con flexibilidad, pero sin ser conformista. Se trata de una persona que, por ejemplo, respeta las normas ya impuestas en una nueva comunidad de vecinos, escuela, empleo... pero que siempre que lo considere necesario aportará ideas, soluciones, formas diferentes de hacer las cosas... , implicándose en las mejoras y cambios de manera activa y respetuosa. No tiende en general al aislamiento salvo que lo necesite puntualmente y de manera voluntaria, si no que con frecuencia se implica en la sociedad y en el mundo. Va creando a su manera su forma de vivir, sus actividades, su ocio y su mundo, a la vez que hace sus aportaciones personales en el trabajo, escuela, familia... Mientras, va dando espacio a su libre expresión creativa con confianza.




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