Sanar al niño/a interior en terapia regresiva con hipnosis. (Lugo)



¿Qué se entiende en terapia por "niño/a interior"? 

El concepto de niña/o interior se suele referir al conjunto de  las experiencias, emociones y recuerdos de los primeros años de la infancia que aún permanecen latentes en el inconsciente y que están afectando a la persona adulta en la actualidad.

Esto supone un problema en el caso de que en la infancia hayan existido importantes o continuas experiencias negativas, o situaciones incomprensibles para el niño/a que, aunque no sean en sí negativas o perjudiciales, no ha podido hablar o contar a nadie y continúan buscando sentido e integración en el esquema vital de la persona, o fuertes traumas emocionales que hicieron sufrir a ese niño o niña (falta de amor o atención de los padres, maltratos verbales o físicos, desprecios, acoso... 

Estas experiencias que pueden parecer ya olvidadas y pasadas, es muy posible que continúen en algún lugar de la mente, reviviéndose y recordándose una y otra vez, con el propósito de encontrar un lugar en el que ser comprendidas, encajadas e integradas. Las personas normalmente gastan una gran cantidad de energía psíquica y mental a diario, tanto consciente como inconscientemente, buscando  la forma de integrar y sanar estas experiencias. El problema es que, antes de los 8-10 años, la mente lógica y analítica todavía no está formada en la persona, de manera que los sucesos que acontecen antes de esa edad, buenos o malos, quedan grabados en la memoria fuertemente asociados a la emoción que provocaron (miedo, culpa, vergüenza...), pero sin ser procesados y puestos en perspectiva por el hemisferio izquierdo. Así, lo que se repite una y otra vez es una emoción o vivencia negativa y dolorosa o un esquema de comportamiento disfuncional que, sin explicación aparente se dispara en cuanto hay un acontecimiento o recuerdo que se asocia inconscientemente a la experiencia pasada. Hechos como elegir mal las parejas una y otra vez, la inseguridad o la baja autoestima, las relaciones conflictivas repetidas, los miedos sin explicación, una culpa intensa sin motivo aparente... son resultado muchas veces de un niño/a interior que está pidiendo ser sanado. 

¿Y cómo se sana al niño/a herido/a? 

  Las terapias o trabajos  para sanar al niño/a interior proponen un viaje a la infancia para "rescatar" al niño/a desde el adulto/a actual, activando una nueva y sana relación entre estas dos partes de la persona. Se trata de viajar a un encuentro profundo con uno/a mismo/a, con valentía y con amor. De esta manera se puede llegar a comprender y gestionar con efectividad los propios problemas, esquemas de comportamiento y guión vital. El estado natural de todas las personas es sentirse relajadas, en equilibrio y en armonía, y eso es lo que se busca con estos trabajos. Existen diferentes y efectivas terapias, técnicas y ejercicios para hacerlo, y cada cual puede elegir la que más le atraiga y le guste.

En terapia regresiva con hipnosis, trabajamos induciendo un estado ampliado de conciencia mediante una relajación profunda. Buscamos que se conecten ambas partes del cerebro: la emocional y la lógica, la que siente y la que piensa, el hemisferio derecho y el hemisferio izquierdo. Una vez en ese agradable estado de introspección, buscamos recuerdos, informaciones o experiencias del pasado que estén relacionadas con el problema a tratar. Y en cada sesión mediante diferentes ejercicios, técnicas o escenarios simbólicos de trabajo, vamos a ir reparando, integrando y sanando las diferentes experiencias o recuerdos que estén afectando a la persona en la actualidad. Se busca conectar al adulto/a con el niño/a que fue, para ayudarle a comprender y a integrar lo que no pudo en el pasado. De esta manera, conseguimos crear nuevos circuitos cerebrales, nuevos patrones de comportamientos y emociones que serán los que provoquen los cambios definitivos en el día a día. Cuando la parte consciente y la inconsciente trabajan juntas y persiguen un objetivo común, es muy efectivo y potente realizar este tipo de trabajos.

Una vez integrados estos recuerdos y estas experiencias, dejan de hacer daño y de afectar a la vida de la persona, ya que por fin han encontrado su lugar y han sido comprendidos e incluidos en el esquema mental y vital de la persona. A partir de ese momento, los viejos esquemas o guiones que estaban originados por las situaciones infantiles ya trabajadas, dejan de funcionar porque ya no tienen una función necesaria. Ahora es el momento de desarrollar nuevos y saludables patrones de conducta, más equilibrados y que originan un nuevo bienestar y equilibrio de manera natural. 


Marta Rodríguez Álvarez
Psicóloga Colegiada
C/Círculo de las Artes, 18, Entl. B. (Centro Alecés).
Tlf: 633 421 884
marta25@gmail.com

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