Consejos para relajarte en tu vida diaria

La relajación es una de las actividades que tenemos al alcance de la mano y que nos ayuda a disfrutar mucho más y mejor de nuestra vida. Tiene múltiples beneficios físicos y psicológicos, y su práctica diaria nos lleva a vivir el día a día en un agradable y fluido estado de mayor consciencia, presencia y bienestar.

Existen multitud de formas para alcanzar y mantener un estado estable de bienestar y serenidad, aquí os voy a dejar algunas pautas para conseguir que la mente se acostumbre a actuar desde un estado de calma en lugar de otro de ansiedad y urgencia:

1. Practica por unos minutos diarios ejercicios de relajación como por ejemplo la respiración profunda: inspira lentamente mientras cuentas hasta 4, retén el aire contando de nuevo hasta 4, y por último expúlsalo mientras cuentas 8. Repite unas cuantas veces y deja que el cuerpo se vaya relajando.

2. Haz una cosa a la vez: trata de no hacer varias cosas al mismo tiempo, salvo que sea imprescindible. Centrarte en hacer una sola cosa te ayuda a sentirte en el presente y a eliminar la desagradable sensación de urgencia y prisas que a veces tenemos a lo largo del día.

3. Intenta hacer las cosas con un ritmo pausado, más lento de lo habitual. Hacer movimientos armónicos y suaves transmitirá a tu mente sensaciones de calma, de serenidad y de que no hay prisa, de que "todo va bien". 

4. Está demostrado que pasar demasiado tiempo empleando tecnología (ordenadores, televisión, videojuegos...) incrementa levemente el estrés. Tomarte un tiempo al día para desconectarte de la tecnología y leer, meditar o hacer alguna actividad manual o deportiva te ayudará a relajarte y a dormir mejor.

5. Una de las maneras más sencillas de simplificar la vida y reducir la ansiedad es incrementar el tiempo que dedicamos a actividades que nos gustan, y reducir el de actividades que nos crean malestar. Reflexiona sobre qué cosas haces por obligación y cuales por placer, establece tus prioridades y actúa en consecuencia. En pocos días te empezarás a sentir mejor.

6. Haz una lista de las preocupaciones que puedes solucionar y de cómo solucionarlas,  y otra de cuales no puedes arreglar porque no está en tu mano. Y luego, despreocúpate de todas ellas. Cuando llegue el momento y la forma de solucionar las de la primera lista, lo harás, pero no es necesario estar pensando en ellas a cada minuto (Eso incrementa considerablemente la ansiedad y la irritabilidad). Y en cuanto a las de la segunda lista, mentalízate de que no dependen de ti, y trata de asumirlo y no responsabilizarte por cosas que no está en tu mano controlar.

7. Regálate pensamientos y palabras agradables y positivas. El lenguaje es muy potente, las palabras tienen una carga emocional de la que a veces no somos conscientes. Sonríe, repítete mensajes como "todo va a ir bien", "me siento bien", "me gusta cómo hago las cosas"... Practicar esto transmite a tu cerebro la idea de que las cosas van bien y no hay que preocuparse, por lo que poco a poco tu mente se irá volviendo más positiva, despreocupada y serena.






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