Poner límites a los demás, la importancia de proteger nuestra integridad emocional
Todas las personas traemos al venir al mundo un fuerte instinto de supervivencia, una energía que nos mueve a autodefendernos del mundo exterior, cuya finalidad es protegernos de ataques y peligros. Es gracias a ella que hemos podido sobrevivir como especie durante cientos de miles de años. Al vivir en una sociedad moderna, esta tendencia a la autoprotección no es ya tan necesaria contra peligros externos como los depredadores o los ataques de otros seres. Sin embargo, sigue teniendo su función para protegernos de otro tipo de ataques menos evidentes y que son muy peligrosos para nuestras emociones e integridad psicológica: las críticas, exigencias de los demás y de la sociedad o la cultura, maltratos psicológicos, chantajes emocionales, desvalorizaciones... Los problemas que se pueden presentar con esta energía son por externalizarla demasiado o por reprimirla. Hoy prestamos atención a la represión de la ira. Y es que las normas sociales, la influencia de un grupo cu...