Influencia familiar en la anorexia. Dinámicas de las "familias anoréxicas."

Os comparto una muy interesante y completa tesina (Anorexia nerviosa: perfil familiar. La incidencia de la familia en la enfermedad. Universidad de Belgrano. Autora: Johanna Raquel Sala. Tutora: Alicia Arilla.)  acerca de cómo el entorno familiar favorece la anorexia, y que tipo de dinámicas y de intercambios familiares conscientes y sobre todo inconscientes lo mantienen activo. Se conoce desde hace años que hay dinámicas y relaciones familiares que pueden ayudar a generar y mantener los trastornos alimentarios (algunos autores las denominan "las familias anoréxicas", ya que se considera que es un problema de funcionamiento de toda la familia, no solo del miembro que manifiesta el síntoma), y ese tipo de influencia familiar es el objeto de estudio de este trabajo. A las personas interesadas directamente en el tema y a los profesionales que trabajen con estos trastornos en terapias, les puede resultar muy interesante y de ayuda. Cito unos fragmentos del estudio, y al final dejo el enlace al trabajo completo.

"El objetivo principal de este trabajo se centrará en dos aspectos: determinar las características comunes de las familias donde uno de los miembros padece de Anorexia nerviosa y de que manera estas características inciden en la enfermedad. Es necesario aclarar que no solo un factor, en este caso el familiar, es el causante de esta enfermedad sino que también inciden factores biológicos, socioculturales y psicológicos."

"La mayoría de los autores mencionados en este trabajo, sostienen que las personas que presentan características como: problemas con la autonomía, autoestima baja o vulnerable, sentimientos de ineficacia, gran necesidad de aprobación externa, distorsiones en la imagen corporal, tendencia a la perfección y a controlar todo, incluyendo el control del peso, tienen una mayor probabilidad de padecer anorexia nerviosa.

Con respecto a los padres de la paciente, encontramos que ambos, comparten un aspecto común con sus respectivas familias de origen: se sintieron en general poco comprendidos por sus madres en la infancia; pero paradójicamente suelen privilegiar, generalmente las madres, las relaciones con su familia de origen sobre la relación de alianza con el cónyuge. Son varios los autores que coinciden en que existe una elevada insatisfacción en la relación de pareja de los padres de la paciente; mostrando dificultad para resolver sus diferencias. En relación a esto, Minuchin sostiene que existe una tendencia en estas familias a involucrar al hijo, utilizándolo como agente desviador de los conflictos conyugales. Cada miembro se sobreocupa con un tercero para evadir las dificultades de pareja; generalmente la madre entregándose en exceso a sus hijos y el padre dedicándose al trabajo e involucrándose en actividades en su tiempo libre. 


Galperín, C. (1996) y Chandler (2001) entre otros autores sostienen que el padre suele ser pasivo y distante tanto de la familia en general como de la hija, en particular. Él aparece, frente a la hija, como una “presencia muda”, no busca ni le es ofrecido un lugar al lado de ella; la madre monopoliza el vínculo con su hija.  El perfil de estas familias puede describirse como familias convencionales que sostienen las apariencias a cualquier precio, familias encerradas en sí mismas que temen al mundo exterior unidas por un funcionamiento patológico, que centran todas su voluntad en tratar de evitar conflictos internos y mostrarse como perfectas. Con respecto a esto, Minuchin, S y Fishman, H (1981) sostienen que estas familias tienen una enorme preocupación por mantener la paz o evitar los conflictos, parecen enteramente normales, la familia “ideal”.



Los movimientos familiares se caracterizan principalmente por aglutinamiento y sobreprotección; la aparición de cualquier tensión o posibilidad de discusión, son vistos como peligrosos y como amenazas a la unidad familiar, por lo tanto la imagen de la familia aparece como armoniosa. Desde este punto vista, el síntoma de la paciente tiene una potente función protectora para evitar el conflicto donde probablemente la enfermedad de la hija justifica cualquier otro problema. Por consiguiente esto les permite a los padres eludir la responsabilidad de afrontar sus propios conflictos ya que la enfermedad oculta cualquier tensión.



El inicio, disolución o mantenimiento de la anorexia se contextualizan en una estructura disfuncional, donde los movimientos familiares inadecuados ayudan a mantener la “homeostasis familiar”. En relación a esto, Minuchin (1978) postula que cierto tipo de organización y funcionamiento familiar conduce al desarrollo y mantenimiento de este trastorno; los miembros de la familia están atrapados en patrones de interacción en los cuales los síntomas de la hija desempeñan un rol central en la evitación del conflicto que subyace y en el mantenimiento de un cierto equilibrio familiar.



Los factores precipitantes de la enfermedad, generalmente no están ligados al modo de funcionar del sistema familiar; en cambio, los factores predisponentes y los perpetuantes tienen que ver, entre otras características, con los comportamientos y con el funcionamiento de la familia; éstos últimos son los que contribuyen con fuerza a mantener la enfermedad. También las características individuales y socioculturales fueron consideradas como aspectos que predisponen a la enfermedad. Concordamos con Crispo, R., Figueroa, E. y Guelar, D. (1998) que plantean que ninguno de estos factores es en sí mismo suficiente para que alguien presente un trastorno de la alimentación.


Coincidimos con Toro, J y Villardel, E (1987) con respecto a la idea de que la anorexia acaecida en una familia, es siempre un problema del grupo familiar y consideramos que la siguiente idea sostenida por los autores refleja lo que se intentó desarrollar a lo largo de este trabajo: “la familia no tiene por que ser la causante de una anorexia nerviosa. Pero la familia, afectada por la anorexia, la puede y suele mantener, mediatizar y complicar. Es decir, los familiares de la paciente anoréxica evolucionan y actúan de modo paralelo a como evoluciona y actúa la anoréxica”.



En función de lo aquí planteada, se considera que el modo más efectivo para pensar en la recuperación de una paciente que padece anorexia nerviosa, es a través de un tratamiento integrado de enfoque sistémico, con el objetivo de que todos los integrantes de la familia comprendan porque en un momento dado, uno de ellos “enfermó”. Es necesario que dicho tratamiento incluya una terapia individual para la paciente, una terapia familiar, una terapia de pareja para los padres de la paciente y por último, sería interesante que los padres tengan la posibilidad de concurrir, en el inicio del tratamiento, a grupos psicoeducativos (donde se los provee de información acerca de la naturaleza del trastorno)."


TRABAJO COMPLETO:



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