Qué es la inteligencia emocional
La inteligencia emocional se puede definir como la capacidad para reconocer los sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos.
Su "descubridor" es Daniel Goleman, que, con su célebre libro: Emotional Intelligence, publicado en 1995, popularizó el término. En él dice que la inteligencia emocional se puede organizar en cinco capacidades: conocer las emociones y sentimientos propios, manejarlos, reconocerlos, crear la propia motivación, y gestionar las relaciones.
En la sociedad actual, las tensiones cotidianas, la enorme competencia en el terreno individual, laboral y social, las presiones profesionales, la exigencia de un constante perfeccionamiento personal e incluso la permanente búsqueda de la felicidad con los que nos rodean (pareja, amigos, compañeros, vecinos) provocan situaciones que pueden alterar el estado emocional de las personas consideradas “normales”, llegando incluso a caer en situaciones límite, obviamente no deseadas, en las que el individuo es incapaz de controlar sus emociones, porque exceden de su inteligencia práctica y racional.
Algunas características de las personas con buena inteligencia emocional son:
-Expresa emociones clara y directamente, comenzando con un: “Yo me siento…”. Ejemplo “Me siento celoso” en vez de: “Me haces sentir celoso”
-No siente miedo de expresar sus emociones y sentimientos.
-No se deja dominar ni bloquear por emociones negativas como: miedo, preocupación, angustia, frustración, desesperanza, desilusión, victimización etc.
-Posee un autoconcepto claro y congruente a la realidad,evita a toda costa a personas que lo invalidan como ser humano o que invalidan sus emociones o no las respetan.
-Es capaz de leer el lenguaje corporal de otras personas y comprender los sentimientos ajenos.
-Sabe interpretar el mensaje de sus emociones, y además las comprende y acepta.
-Puede poner en equilibrio sus pensamientos, sus emociones y sus objetivos.
-Actúa por deseo y convicción propia, no por obligación, fuerza o presión de grupo
-Es independiente y se apega a sus propios valores morales, no a los de la sociedad o los de otras personas.
-Está motivado intrínsecamente (por si mismo en lugar de por recompensas o estímulos externos o materiales).
-Sabe salir adelante de un fracaso y aprender de sus errores en lugar de bloquearse y frustrarse ante sus fallos.
-Está interesado sinceramente en los sentimientos, sueños e intereses de las otras personas.
-No le es difícil hablar de sentimientos y emociones.Ejemplo:“¿Cómo te sentirías si yo hiciera, si yo fuera a…..”?
-Es capaz de identificar varias emociones a la vez y darles un manejo adecuado.
Por lo tanto, al ejercitar la inteligencia emocional, conseguiremos, entre otras cosas:
*Ser personas positivas. De nada ayuda tener metas sin la confianza de que podemos logralas. Una persona negativa siempre encontrará razones para no tener éxito.
*Reconocer los propios sentimientos. Recordemos que saber en todo momento cual es exactamente nuestro sentir es la base de la inteligencia emocional. Reconociendo estas emociones podemos guiar nuestros movimientos y acciones, y nuestra propia vida.
*Empatía (entender los sentimientos de los otros) . La inteligencia emocional involucra el manejo de sentimientos, propios y ajenos, para saber manejar las situaciones. Si no aplicamos la empatía, no podemos reconocer las emociones de las otras personas y actuar en proporción a ellas. Por ejemplo, si observamos a una compañera de trabajo actuando de manera desmotivada, poco involucrada, cometiendo algunos fallos... podemos caer en enfadarnos con ella por su poca profesionalidad, o podemos tratar de leer en su rostro y gestos, o preguntarle directamente en qué estado de ánimo se encuentra. Probablemente descubramos que está sumamente preocupada o triste por alguna circunstancia personal, y nuestra forma de reaccionar ante ella será totalmente diferente que si simplemente la etiquetamos como vaga o incapaz y no nos paramos a tratar de comprender sus actos.
*Saber dar y recibir. Es importantísimo saber que también hay que dar. Evitar el egoísmo ayuda en la solución de conflictos.
*Ser capaz de expresar tanto los sentimientos positivos como los negativos.
*Ser capaz también de controlar estos sentimientos. Esto es fundamental. De nada sirve saber lo que sentimos, si no logramos controlarlo y manejarlo.
*Ser perseverantes en nuestros sueños, sin caer en el desánimo y la desesperanza ni hundirnos por los errores.
*Comprender mejor a los demás, sus motivaciones y sus actos, lo que nos hará sentirnos más cercanos a ellos, más tolerantes y mejorando la convivencia con otras personas en todos los ámbitos: familia, trabajo, amigos...
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