Psicología para afrontar los cambios en tu vida
¿Has dejado una relación? ¿Empiezas un trabajo nuevo? ¿Te vas a ir a vivir a otra ciudad? ¿Estás entrando en una nueva etapa vital? Entonces es momento de prepararse para iniciar un nuevo ciclo en tu historia de vida.
Este tipo de cambios implican un duelo triple: "por lo que tuve y ya no tengo", "por mi rutina actual y mis hábitos del día a día" y "por los planes y sueños que tenía y que ya no serán". Por ello pueden provocar ansiedad, miedo, enfado... tanto si son cambios voluntarios como si son inesperados. Es totalmente normal sentir en mayor o menor medida estas emociones inmediatamente antes, durante o después del momento de cambio, pero te ayudará tener una actitud positiva y flexible y tener en cuenta algunas pautas:
*Lo primero es aceptar la situación con valentía y sin evitarla. Asumir las circunstancias tal y como son, sin resistirse ni luchar infructuosamente contra algo inevitable. Así ahorrarás fuerza y energía para dirigirte al futuro, en lugar de gastarte en tratar de mantener un estatus pasado que ya no existe o que pronto dejará de hacerlo. Tú vives en el presente, y si el presente te trae cambios, puedes estar seguro/a de que estás listo/a para afrontarlos y fluir con ellos.
*Es bueno dedicar un tiempo y espacio a reflexionar sobre el cambio, a despedirte del pasado y a definir y poner en claro tu nuevo futuro. Puedes hacerlo por escrito, dibujando, fantaseando... Hazlo el tiempo que necesites: unos minutos varias veces al día, una tarde entera, varios días seguidos... lo importante es que puedas meditar sobre varios aspectos importantes para poder comprender y aceptar el cambio: ¿cómo has llegado a esa situación? ¿qué traerá de positivo y qué de negativo? ¿cuál es la mejor manera de actuar ahora mismo? ¿puedo pedir consejo a alguien que haya pasado por esta situación antes que yo?... Introducirte de lleno en estas cuestiones conseguirá que pierdas el miedo al cambio poco a poco, y que reorientes tu mente hacia la nueva situación con claridad y mejor ánimo.
*En líneas generales tienes dos opciones: centrar el pensamiento y la atención en lo negativo o centrarla en lo positivo. Si mantienes la atención en lo negativo, probablemente empieces pronto a sentir miedo, preocupaciones, tristeza, desánimo, ganas de volver al pasado... si lo haces en lo positivo empezarás a notar sensaciones de optimismo, de que todo va bien, ánimo alegre, disposición a hacer cosas y a tomar decisiones, optimismo ante el futuro... Por supuesto, es más productiva esta última opción. Así que anota o piensa detenidamente en todas las cosas positivas que traerá o puede traer tu nueva vida, ilusiónate, date cuenta de todas las cosas buenas y alegres que podrán ocurrirte ahora que has abandonado algo viejo y caminas hacia algo nuevo y diferente. Piensa en todo lo negativo que dejas atrás, en todas las cosas que ya no funcionaban y de las que ahora podrás desprenderte. Puedes hacer un diario, o una lista escrita de lo positivo que vendrá, y de lo negativo que dejarás atrás.
*Usa tu energía y tiempo para planificar en lugar de lamentarte. A veces es necesario y útil hacer un duelo, llorar o sentirse triste por algo que se pierde. Pero cuando ya no necesites más sentirte así, cuando ya hayas terminado tu propio duelo (o incluso antes de terminarlo), puedes empezar a dirigir tu energía y tus pensamientos a hacer nuevos planes. Visualiza tu nueva vida, organiza tus objetivos y los pasos a dar para conseguirlos, cuida de tus necesidades, alégrate, mímate y toma el timón de tu vida con toda la ilusión y renovada madurez que te trae el poder dejar atrás esa experiencia.
*Como ejercicios divertidos y prácticos, puedes escribirte una carta a ti mismo/a de dentro de uno o dos años, y luego leerla pasado ese tiempo. Verás como el cambio fue para bien, o en todo caso supiste sacar lo mejor de él. También puedes escribirte a ti mismo/a de ahora una carta desde el ti mismo/a futuro, como si ya hubiesen pasado unos años y vieses el problema ya solucionado, como algo lejano y superado. Puedes buscar libros o películas en los que sus protagonistas superen con éxito una situación igual o parecida a la que estás atravesando tú. O puedes escribir o imaginarte un breve relato o historia en el que visualices todo, todo lo bueno que te podría traer este cambio (sin límites, sin miedo, no te cortes, anota lo mejor y más bonito que te pueda ocurrir, es solo un ejercicio para animarte y fomentar la ilusión en el futuro...). Repítelos cuantas veces quieras, a tu manera.
* Cuídate, mímate, y no te critiques ni machaques. Lo que necesitas de ti misma/o ahora es amabilidad, diálogos internos productivos y positivos y hacer actividades saludables y agradables. Viaja, busca la calma, diviértete, busca buenas compañías... lo mereces, y te ayudará a pasar antes y mejor por esta fase de transición.
Es importante que recuerdes que el progreso, la evolución, las mejoras de todo tipo (sociales o personales) nunca vienen del estancamiento, si no que provienen siempre del cambio. Es el motor del crecimiento. Este proceso que estás pasando no te hundirá, si no que te hará ganar poder personal, madurez y herramientas de afrontamiento. Al superar una etapa dolorosa o difícil, inevitablemente estás creciendo y mejorando como persona a muchos niveles. Saca tus propias lecciones, disfruta del proceso e ilusiónate de nuevo con tu vida. Piensa que lo mejor siempre está por llegar.
Marta Rodríguez Álvarez
Centro ALECÉS
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