Breve introducción al simbolismo y los arquetipos en los cuentos de hadas.

Érase una vez...


    A lo largo de miles de años, los niños/as han escuchado y revivido a partir de estas palabras el comienzo de los cuentos que los mayores les narran. Lo que ni muchos adultos ni los propios niños/as saben es que a través de ellos aprenden a manejar sus emociones y pensamientos, y toman contacto con la propia esencia de la vida... 

Más allá del significado literal y a veces aparententemente absurdo o extraño de las historias, los cuentos de hadas ayudan a las mentes infantiles a realizar verdaderos y complejos trabajos a niveles simbólicos y muy profundos de la psique. Estos trabajos ayudan al niño/a a interiorizar e integrar fácilmente y de manera eficaz y simbólica conceptos, ideas o emociones que todavía no comprenden a un nivel lógico y consciente. Este es un tema muy interesante y que ha sido amplia y seriamente estudiado por profesionales de la educación, la psiquiatría o la psicología. La conclusión general es que los cuentos fantásticos cumplen una función muy importante y muy desconocida en la educación emocional y psicológica de los niños/as.


    ¿Qué mensaje básico y común trasmiten los cuentos de hadas, las leyendas, las historias antiguas? Fundamentalmente una historia de resolución de conflictos o de búsqueda de algo perdido... 

La trama es siempre muy parecida: 
El héroe o la heroína del cuento, como consecuencia de un cambio traumático o de un desequilibrio en su mundo familiar o externo (que a nivel simbólico representa el mundo interior del propio niño/a que se ha desequilibrado por algún motivo: nacimiento de un hermano, divorcio, separación emocional de la madre o padre, peleas en el colegio...), se impone una tarea o una misión que alcanzar (rescatar a una princesa o príncipe, buscar un tesoro, matar a un dragón o bruja, salvar a su pueblo o reino...).
En su camino se encuentra adversidades y adversarios como brujos malos, abismos, tormentas, animales salvajes que le atacan, distracciones que pretenden desviarle de su objetivo..., y también ayuda en forma de hadas, animales ayudantes, hechiceras buenas, pócimas mágicas... 
Tras el peligroso y desconocido camino, el valiente héroe o heroína logra su propósito (encontrar la fórmula mágica, vencer a su oponente, rescatar a la princesa, salvar al pueblo...) y regresa a su hogar donde se produce una boda, fiesta o ascensión al trono.

    El protagonista del cuento o mito suele pasar por varias etapas: 

-El huérfano/a (muchos cuentos de hadas tienen una protagonista o un protagonista sin padre y/o madre): representa en general y como arquetipo a la persona que siente que pierde algo esencial para su vida. Puede ser a nivel simbólico perder (o creer falsamente que se ha perdido) el cariño o atención de un padre o madre, la seguridad de una norma o institución, una relación importante de amistad o familia, o cualquier otra pérdida que implique una desestabilización emocional intensa. El niño se siente desamparado/a porque el mundo ya no es tan seguro y predecible como pensaba, y su mundo interior se desequilibra.

 -El caminante, viajero/a, o buscador/a: simboliza el comienzo de la búsqueda. Tras ese derrumbamiento interior, la protagonista opta por no quedarse parada sufriendo esa situación y salir a repararla. Comienza así su viaje iniciático en busca de la reparación interior, representada por el rescate de alguien, la muerte de un monstruo, o la búsqueda de un tesoro u otro objeto de valor.

-El guerrero/a: el personaje lucha por buscar su lugar y/o su objetivo en el mundo. Se enfrenta con éxito a las pruebas que va encontrando en el camino, conoce nuevos personajes, se conoce mejor a sí mismo y sus capacidades internas y se va transformando en una persona nueva y más capaz. Su rasgo más distintivo es su valor, su determinación y su fuerza interna para no rendirse y continuar con su camino pase lo que pase.

-El héroe/heroína: finalmente la huérfana se transforma y tras ello logra su objetivo final. Esta escena simbólica de éxito representada por la boda, muerte del monstruo, llegada al final del camino... implica una superación total de problema inicial. Tras las pruebas y el duro camino, se produce el proceso integrador de sí mismo. El fin del cuento representa el final de uno de los ciclos vitales de iniciación y profundo crecimiento personal. 


    Este "viaje iniciático" de superación personal es equivalente al viaje que emprendemos las personas adultas cada vez que se produce un desequilibrio interior en nuestra vida y nos decidimos a superarlo mediante un trabajo interior, una terapia... 
En esos momentos nos planteamos mejorar, superar el malestar cambiando nuestros patrones de conducta, nuestras emociones o nuestro mundo exterior. Y ahí estamos recorriendo el mismo proceso que la heroína de un cuento: de huérfana pasamos a caminante, a guerrera y a heroína. Y al final de cuento, recuperamos el equilibrio, el bienestar y la felicidad. 

    El héroe lo es no porque sea mejor que los demás, si no más bien porque mientras  otras personas padecen la desgracia sin pensar en ponerle remedio, él se lanza a la aventura desconocida con determinación y fe. Al principio, la tarea parece demasiado para él... pero aún así, inicia su propio proceso de superación con valentía. Y por el camino se transforma interiormente. Ya no es el mismo el que sale a buscar que el que vuelve. Por eso cuando vuelve sucede en el cuento una boda, el encuentro con el alma gemela, o una ascensión al trono. Son escenas poéticas y simbólicas que representan el reconocimiento de un cambio profundo y gratificante en el alma de la persona...



  FIN



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