Mejora tu autoestima con la autoafirmación: aprende a valorarte y a expresarte

La autoestima baja está tras multitud de problemas y trastornos psicológicos o emocionales. Desde elegir siempre a parejas que nos ignoran o no nos valoran, hasta no saber cómo imponer normas a los hijos o empleados; desde padecer estados de tristeza o nervios porque sentimos que todo el mundo nos pisotea hasta profundos sentimientos de que no valemos nada y nada nos sale bien...


Ya sabemos que el respeto y el amor empiezan por uno mismo, si sentimos desprecio por nosotros/as, estamos transmitiendo esa imagen al resto del mundo. Si por el contrario nos queremos y respetamos, y sabemos que somos personas valiosas y tenemos derecho a buscar nuestra felicidad y a poner nuestros límites, estaremos comunicando al mundo esa actitud con cada palabra, gesto y conducta que llevemos a cabo.

Pues bien, una manera buena de empezar el trabajo de mejorar la autoestima consiste en aprender a AUTOAFIRMARNOS. La autoafirmación significa conocer y respetar tus deseos, necesidades y valores y buscar  maneras de expresarlos adecuadamente con  los demás.

Deberemos practicar el respeto y aceptación de nuestras ideas, deseos, necesidades, valores, aficiones... Es decir, creer firmemente (porque así es) que nuestros actos, pensamientos o palabras son tan valiosas como las de cualquier otra persona, y merecen el mismo respeto y atención tanto por nuestra parte como por la de los demás.


Esto significa que no es bueno vivir ni pensar siempre para agradar a los demás, ya que nuestro modo de vida es tan respetable como el de los otros/as, y al igual que ellos viven a su manera, tenemos pleno derecho a hacer lo mismo. Actuando así cada día, vamos a ir forjando en nuestra mente y nuestro inconsciente la idea de que somos valiosos/as, que nos queremos y que nos merecemos que nos ocurra lo mejor. Y nuestra vida va a ir mejorando poco a poco en todos los niveles relacionados con el autoconcepto.


dbvbPor ejemplo, si te gusta vivir solo/a, no tienes por qué vivir con tus padres tan solo porque ellos crean que es lo correcto o es lo mejor (recuerda que tus ideas valen lo mismo que las suyas); si te gusta veranear en una ciudad no tienes por qué ir siempre al campo porque a tu pareja le guste más (tú tienes todo el derecho de decidir cómo emplear tu tiempo y tu energía); si te hablan faltándote al respeto no debes permitirlo y tendrás que defenderte exponiendo tu opinión tranquilamente y diciendo a la otra persona que no vas a consentir ni una falta de respeto, o retirándote de la conversación hasta que cambie de actitud (de esta manera estás demostrándote a ti mismo/a que te quieres y te respetas, y que vas a defenderte de todos los ataques contra tu valía)... Algunas personas temen volverse autoritarias o desgradables si lo hacen , pero autoafirmarnos desde el respeto no significa convertirnos en dictadores/as que siempre imponen sus deseos, sino tener bien claros nuestros deseos y necesidades y saber expresarlos para poder llegar a acuerdos cuando la otra persona tiene ideas diferentes.

Tampoco va a ser necesario desde ahora ir siempre pregonando nuestros valores, ideas o sentimientos... nos basta con tenerlos claros y sentir que son valiosos, nunca despreciarlos o sentir que son tonterías, porque si son tuyos, nunca son tonterías. Son fruto de tus sentimientos y pensamientos en este momento y son tan valiosos como los de cualquiera.

Puedes empezar ya mismo a practicar la autoafirmación, empezando por tomar nota mental o escrita de tus ideas, opiniones, valores, deseos, aficiones, creencias morales, ideas acerca de temas de actualidad... y repitiéndote que son valiosas y respetables. También puedes empezar por defenderlas cuando alguien expresa una opinión contraria y te pregunta tu idea al respecto. O en una conversación en la que varias personas comentan algo con lo que no estás de acuerdo. No se trata de pelear por la razón, si no de expresar que tienes una opinión o un deseo propio, que lo conoces muy bien y lo valoras, y que es tan válido como el de los demás. Y una última cosa, muy importante: tienes derecho también a cambiar de opinión cuando consideres: si por ejemplo hablando con alguien que conoce mucho sobre un tema te convencen sus argumentos, es adecuado y tienes el derecho de cambiar de opinión razonadamente. Si lees acerca de algo y terminas variando, ampliando o cambiando radicalmente tu enfoque anterior, es aceptable y muy sano hacerlo. Las ideas y opiniones son flexibles y, al igual que no es bueno cambiar de idea en función de con quien estés hablando para complacerles, tampoco es psicológicamente sano ser dogmático y tan rígido que no puedas nunca variar tu opinión una vez que has decidido u opinado acerca de algo. Esto es un paso más dentro de tu libertad personal: el derecho que te das a cambiar tus propios gustos, límites o intereses cuando estés realmente convencida de ello.

Puede ser el comienzo de una nueva y mejor relación contigo mismo/a y con todo tu entorno, que te hará sentir una persona con más poder personal y más dueña de tu vida, a la vez que mucho más valorada y respetada por tu entorno, con todo lo bueno que trae esto a la vida.

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