Psicología e hipnosis

La hipnosis es un estado diferente al estado ordinario de vigilia. Estando en vigilia, como lo estás ahora leyendo este artículo, tienes la mayoría de tu atención plenamente centrada en estímulos externos a ti: los sonidos, las palabras, las imágenes de esta página, la luz y los colores que percibes... El estado de hipnosis es un estado en el que la atención se centra casi totalmente en tu interior, en lo que está pasando dentro de ti,  es como si tu mente se desconectase por unos momentos del exterior, y simplemente tuviese su atención totalmente puesta en tus procesos internos. Es una sensación agradable y relajante, de conexión de la persona consigo misma, y a nivel experiencial es muy parecida a lo que se siente justo antes de dormirse, a una relajación guiada o a una meditación profunda.  No es nuestro estado más habitual, pero es un estado muy conocido para todo el mundo, porque frecuentemente entramos en él sin ser conscientes de ello, en situaciones como est...

Es muy frecuente que, ante un problema emocional, conductual o mental, ya sea puntual o crónico, las personas se planteen si es necesario acudir a un especialista (terapeuta, psicólogo/a, psiquiatra...) o si podrán solucionarlo por su cuenta.  Evidentemente, no existe una fórmula o criterio único para determinar exactamente si alguien necesita ayuda de un profesional o no. Pero sí pueden tenerse en cuenta algunas pautas u orientaciones que pueden ser útiles para tomar la decisión de acudir o no a solicitar consejo profesional puntual o bien iniciar un proceso terapéutico. En general, cuando se acude a recibir consejo o ayuda profesional es porque el problema sobrepasa las habilidades o recursos actuales de la persona para comprenderlo y hacerle frente. ALGUNAS PAUTAS A TENER EN CUENTA. Responde sí o no a las siguientes preguntas: - ¿El trastorno o malestar que tengo me causa problemas a nivel de trabajo, familia, relaciones sociales o bienestar conmigo mismo/a?...

La envidia es un sentimiento destructivo e inútil .Casi todas las formas de envidia nacen de la inseguridad de la persona envidiosa, más que de la personalidad de la envidiada.  Se diferencia de la admiración porque ésta última implica un sentimiento de afecto y acercamiento hacia la persona, y un intento positivo de conseguir sus logros. Además es fácil que quien siente admiración lo admita , mientras que l a envidia implica sentimientos negativos hacia la persona a quien se envidia, es un sentimiento pasivo (no incita a conseguir logros) y es difícil que la persona envidiosa admita que lo es. Envidiamos preferentemente a  los que están más cerca de nosotros: vecinos, colegas, amigos, familiares, es decir,  gente corriente en situación de cierta igualdad con nosotros. Por ejemplo: podemos tolerar que un jeque sea millonario, pero nos pone frenéticos que la compañera de trabajo se vaya al Caribe de vacaciones. Podemos aceptar que una pareja de famosos viva ...